lunes, 2 de marzo de 2009

Cultura y Valor

La cultura no es un simple concepto cuadrado por el que todos entendemos como patrimonio de la nación o como un museo donde se muestra la historia de algún país, hemos crecido con la idea errónea de lo que es...pero ¿que es en realidad? Podemos pensarla como el conjunto de objetos que representan algo (persona, país) pero más que este conjunto es un proceso constante de valores y situaciones que con el tiempo se vuelven incuestionables.

Todos comprendemos lo que es cultura pues vivimos dentro de ella, esto no significa que comprenderla a mi modo significa que este correcta o incorrecta, simplemente la vivo según mis percepciones y vivencias.

¿La cultura entonces se vuelve una simple causalidad o una causalidad motivacional? la diferencia es que en lo motivacional se busca como fin un proyecto con un fin mientras que en la otra es una simple causa y efecto, la cultura por si sola pienso que es causal pero el hombre es quien tiene la posibilidad de volverla motivacional pues el hombre ve a la cultura con un fin, léase de identificación, de historia, o como se perciba.

Si la cultura se vuelve un proceso causal que puede ser estudiado es por los mismos objetos que la forman de los que si se pueden emitir juicios. Reale nos habla de valor y objeto ideal donde los valores se entiende como los no objetos ideales pues el objeto ideal es lo que debe ser y los valores son una finalidad, uno se encarga del proceso y el otro del fin. No podemos entender que es estética sin antes saber que es o haberla experimentado. 

Lo valioso, es decir, la finalidad del proceso siempre implica esperanza o el deseo de "verlo convertido" pues se habla de un final idealizado con un proceso lleno de n¡motivación.

El valor entonces no es, el valor debe ser. "El ser es porque es lo que es, el valor es lo que vale". 

Cultura...¿objetividad o subjetividad?

Pensar en mi realidad siempre va ser un ejercicio subjetivo, como bien lo dice Reale con la diferencia de conceptos: imago hominis-imago mundis, estos dos conceptos nos hacen entender la diferencia entre lo que es y lo que nos imaginamos, al final mi mundo es como yo lo imagino y no como es o como otros lo ven y no se trata de descartar el lado objetivo o subjetivo sino de unirlas.

Sería incongruente pensar que las realidades de cada uno son parecida pues no importa que tan parecido sea el ambiente, la atmósfera y la compañía, el código de cada persona es totalmente diferente al de otro, es decir, a pesar de las herencias genéticas, biológicas y psicológicos no podemos escapar a nuestro propio código, osea, a la irrenunciabilidad existencial.

Pensando en la poca objetivación que existe en la realidad hay que pensar en como funciona la cultura, y es simplemente que la cultura no se puede objetivizar pues la cultura es un proceso que va cambiando, donde ya no se puede se puede objetivizar como bien lo pensaba Heggel, ahora se habla de un proceso donde puede existir la subjetividad de cada individuo, es decir, el hombre como creador de espíritus subjetivos.

La cultura entonces se convierte en una creación del hombre donde depende estrictamente del espíritu subjetivista. Sin embargo, a pesar de lo objetivo todo lo hecho por la cultura es casi incuestionable, se entiende como algo que ya es y no se pregunta por el origen, tal como los valores. Esta objetivación innata de la cultura es por los objetos e ideas que con el tiempo se vuelven un hecho, ideas que son parte del proceso cultural que vivimos día a día.